En medio de un salar, en el desierto más árido del planeta, Ausenco ha construido junto a su cliente Albemarle -una de las mayores productoras de litio del mundo- un vivero de plantas de alta tecnología para estudiar las especies autóctonas asociadas a este delicado ecosistema. Tras sólo cinco años de estudio de las especies vegetales únicas del Salar de Atacama -sitio de este notable vivero-, se han logrado importantes avances en el conocimiento de estas especies y de su hábitat.
El equipo de biodiversidad de Ausenco se encargó del diseño, ejecución y operación del vivero, que abrió sus puertas en noviembre de 2021. En enero de 2023, el proyecto fue galardonado con el Premio Pulso 2022 HUB de Sustentabilidad, seleccionado entre más de 150 iniciativas. El premio correspondió a la categoría "Acción por el clima y energía asequible, segura, sostenible y moderna" de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Los resultados significativos conseguidos hasta la fecha son fruto de una estrecha relación e intercambio de conocimientos entre el equipo de ingeniería, los científicos y los miembros de la comunidad indígena de Peine, que compartieron sus conocimientos tradicionales, transmitidos por sus antepasados.
"El proyecto está diseñado para mejorar el conocimiento de los ecosistemas del Salar de Atacama y sus especies", explica Patricio Olivares, Ingeniero Forestal y Practice Lead de Biodiversidad de Ausenco. "Estamos aprendiendo sobre nuevas especies, cómo reproducirlas, las condiciones del hábitat en que viven y las relaciones que tienen con variables como la humedad del suelo y la salinidad".
La operación de Albemarle está situada en el Salar de Atacama, en el llamado Triángulo del Litio de Sudamérica. Atacama es el salar más grande de Chile y la fuente activa de litio más grande y pura del mundo. Se calcula que contiene el 33% de las reservas mundiales de litio. Albemarle, con más de 40 años de presencia en Chile, ha sido pionera en el desarrollo de la industria local del litio y en un modelo de relacionamiento comunitario basado en el diálogo, sustentabilidad y generación de valor social.
El Salar de Atacama es también una zona de alta sensibilidad ecológica. Por eso, en 2016 Albemarle se comprometió voluntariamente a aportar nuevos conocimientos sobre las especies vegetales y sus ecosistemas a través de un proyecto denominado "Estudio de la historia de vida de las especies vegetales azonales del Salar de Atacama", del que forma parte el vivero.

El vivero tiene una capacidad de producción de 5.000 plantas, y el riego se realiza mediante la recirculación de aguas grises de la planta de tratamiento de Albemarle, un proceso que contribuye a un uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos.
Todas las especies autóctonas producidas en el vivero son ecológicamente importantes y las comunidades locales que rodean el Salar las utilizan regularmente como alimento, construcción, medicina, artesanía y forraje para animales. Algunas de las especies producidas en el vivero son: Sarcocornia andina, Triglochin concinna, Geoffroea decorticans (chañar), Prosopis chilensis (algarrobo) y Alcantholippia deserticola (Rica Rica).
Además de elaborar un calendario del ciclo fenológico de cada especie, se realizaron pruebas de laboratorio para evaluar en qué condiciones de disponibilidad de agua y salinidad sobreviven y crecen las plantas, así como las distintas condiciones de germinación idóneas para las semillas de cada especie. El vivero permite investigar la restauración de ecosistemas en condiciones climáticas y de sustrato extremas, así como estudiar el comportamiento y la respuesta de las plantas en diferentes condiciones bióticas y abióticas. Como resultado de estas investigaciones se ha desarrollado un protocolo metodológico para la reproducción sexual y asexual de estas especies y otro para la restauración ecológica.
El proyecto incluyó la transferencia de conocimientos a las 18 comunidades indígenas que rodean el Salar de Atacama y que agrupa el Consejo de Pueblos Atacameños.
El proyecto está a cargo de trabajadores de la comunidad indígena de Peine, bajo la supervisión y orientación de un ingeniero forestal experto en conservación y una experta botánica especializada en vegas (grandes llanuras herbáceas). Entregamos el proyecto en mayo de 2025, y tanto el cliente como la comunidad continúan trabajando en el intercambio de conocimientos científicos con los pueblos originarios y encontrando la mejor manera para hacer del vivero un punto de interés para quienes visitan la Planta Salar de Atacama.